jueves, 7 de junio de 2007

Versión 1


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Luego otro hecho, que con la llegada masiva de Internet se torno mas difícil de controlar. El hecho concreto era que se empezó a divulgar una fotografía aparentemente no trucada, por Internet, que dejaba ver a un Frank, serio, con una muy larga barba, una camisa blanca abierta, y un collar indígena en el cuello. La foto era de un grupo de pescadores parados sobre la costa, con el Mar y una pequeña barcaza de fondo. Aparentemente la foto era imposible de localizarla en coordenadas, pero Topólogos y algunos profesores de Geografía del Nacional Buenos Aires, sentenciaron que se trataba de la Isla de Fiji por detalles imperceptibles a nuestros ojos.
Para entonces con estas “apariciones” cuasi fantasmagóricas en el mundo real, Frank, o la historia de Frank, empezaba a sonar a mito, a leyenda urbana, siempre para la pequeña logia, de amigos, oyentes, y personajes colgados del sistema, con un pié a dentro y un pié afuera, entorno que frecuentaba.
Formaba, ya, mas parte del imaginario seudo-colectivo, (ya que estamos hablando de un sector muy reducido), que de la realidad. Tal vez esa era su deseo. Tal vez estaba todo fríamente calculado. Sino no se explica.

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